Te recuerdo...
A él... Contemplando líneas que escribieron su historia, tanteando terrenos desconocidos pero internamente explorados, y en mi mente, la imagen viva de tu ser. Quisiera sonreírle al olvido del paso de tu mirada, pero tanto el autor como tu recuerdo me aseguran que todavía existen suspiros por y para ti. Tal vez naufragar sea la opción más acertada, pues en mi caso, la leve briza que calló al saber de tí, solo humedeció mi corazón, pero es tan fuerte lo que siento hoy, que creo que puede estallar en torrentes de agua que inundarían mi razón, eso sí, ahora me encuentro protegida por una burbuja resistente que repele la mugre y la peste, y atraviesa ese mar, tal vez flotando, tal vez volando... Tal vez naufragando. Retomo el libro y de insofacto una frase ya conocida, varias veces pronunciada por tus labios fríos. Ahora cubre mi cuerpo y lo envuelve en un cálido sollozo que trae consigo imágenes cargadas de ese sentimiento puro y un corazón acelerado víctima del rec