INCOHERENCIA LITERARIA
Una mañana desnuda se mecía en las ramas de una ceiba africana. El viento cálido de una noche de Luna llena hacía que su silueta danzara Al vaivén de la cola de un colibrí cazador que la acompañaba en la rama. Quiso bajarse y rodar un rato sobre la arenuda ciudad de acero. Pasando por un callejón se encontró con una bella noche estrellada Tan verde como en los días de invierno. Al mirar sus destellos, la mañana intentó alcanzarlos Pero se topó con la sorpresa de que su luz no podía penetrar el cuerpo denso de la hermosa noche. Entonces, al ver lo que acontecía, y compartiendo el mismo deseo de la mañana La noche decidió echarse a dormir hasta encontrar el alba y así poderse fundir con su amor de primera vista. Para este entonces la mañana ya no era una infante Y de esta unión nació un bello mediodía Que destellaba tantos matices de azul Como las flores del guayacán dorado del que cuelga el columpio En el que se mece un soleado atardecer Con nostalgia En el campo.
Comentarios
Publicar un comentario